Villa Paolina desde Porta Pia, a. 1828.
Giovanni Riveruzzi
Paolina Bonaparte adquiró la villa a los Sciarpa en septiembre de 1816 y, en seguida, emprendió importantes reformas que afectaron sobre todo a la decoración interior y al mobiliario. El resultado tuvo que ser tan notable que Lady Morgan, en viaje a Roma en 1820, la describió así: «de entre todas las villas de la familia Borghese, sólo una es habitable, una sola posee la comodidad inglesa, la elegancia francesa y el gusto italiano, unidos de la forma más conseguida: se trata de Villa Paulina Bonaparte Borghese, decorada, amueblada y reparada por la princesa».
En su testamento realizado el 9 de junio de 1825 ante el notario Chelli de Florencia, Paolina Borghese legó a partes iguales su villa Paolina a sus sobrinos Napoleón Luis y Charlotte. En 1825, ninguno de los dos jóvenes no estaba casados, pero el matrimonio de Charlotte, como se deduce de las cartas escritas de su puño y letra desde América, ya estaba decidido desde 1821. Charlotte y su esposo residieron regularmente durante sus largas estancias en Roma, incluso después de que el edificio fuera permutado en 1827 por la villa Paolina de la ciudad de Lucca. Al morir su esposo (1831), Charlotte prefirió adquirir una nueva residencia en Roma, el Petit Casino, en parte porque la relación con su cuñado era cada vez más agria.
La acuarela de Riveruzzi se realizó hacia 1828: una carta de Zenaida del 10 de abril de 1829 destinada a Charlotte permite establecer con cierta exactitud el año de su ejecución porque en la carta Charlotte relata que ya había sacado la litografía. No se tiene mucha información sobre Giovanni Riveruzzi, pero sí se sabe de su colaboración en la frenética actividad artística de Napoleón Luis y Charlotte.
Obras maestras de la sala
La sala
La sala, dedicada a Paolina Bonaparte Borghese, narra principalmente la estancia en Roma de la princesa entre 1816 y 1825, en Villa Paolina. La villa, situada entre las Murallas Aurelianas, via Piave y via XX settembre, alberga desde 1950 la Embajada de Francia ante la Santa Sede. Fue adquirida en 1816 por Paolina, fascinada por el encanto del lugar en el que erigía y por la elegancia de la construcción.